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Writer's pictureDiocese of Boise

Father Camilo attends Notre Dame symposium for priests with schools

The following story appeared in the August 26 Idaho Catholic Register.

Father Camilo García of St. Nicholas Parish in Rupert is pictured with priests from differents dioceses of the United States who attended a Notre Dame symposium for pastors who are also responsible for Catholic schools. (Courtesy photo/Father Camilo García)


Padre Camilo García, en el campus de la Universidad de Notre Dame acompañado por sacerdotes de diferentes diócesis de Estados Unidos, quienes asistieron como participantes en el Simposio para sacerdotes que dirigen parroquias con escuelas católicas. (Foto cortesía Padre Camilo García)


By Vero Gutierrez

Staff Writer


Priests who are responsible for Catholic schools from 40 archdioceses and dioceses across the United States gathered at the University of Notre Dame in mid-July to participate in the School Pastors’ Institute. Father Camilo García, pastor at St. Nicholas Parish in Rupert and of St. Nicholas Catholic School, attended the symposium.


The School Pastors Institute (SPI) seeks to better form priests who are also school leaders. The institute was formed at the request of bishops from around the country to respond to the unique challenges and increasingly complex opportunities related to service as the pastor of a parochial school.


Since 2011, the SPI has equipped 1,125 pastors from 145 dioceses to look more closely at the crucial role that the pastor plays in the parish school, as well as to foster best practices and collaboration among those engaged in this vital ministry.


“Now, more than ever, we need pastors who understand, support, and advocate for Catholic schools,” states the website for the SPI.


Topics presented by priests and Bishop Frank J. Caggiano, bishop of Bridgeport, Conn., included: what can Catholic schools do for the Church and society; the priest and his relationship with the school and the parish; schools as multicultural ministries; school administration; the promotion of Catholic education among Hispanic and Latino communities; how Catholic schools can promote vocations to the priest-hood and religious life; building communities of equality and justice; planning liturgies within the school; and connecting school and parish families.


Father Nate Wills, associate director of the Transformational Leaders Program at Notre Dame, led a workshop during which he shared the story of his vocation. He said he was impacted by the testimony of a priest, Father Peter Christensen, who was the leader of his study group. Father Camilo told him, “I know who you’re talking about; actually he’s my bishop.”


Bridgeport Bishop Caggiano, who has been serving the various schools of his diocese for 25 years and was a Catholic educator, spoke of the school as a means of evangelization and catechesis in the parish community. He said the priest is the key person to ensure there is a fruitful relationship between families and teachers. The parish should not be alien to the school, he said, noting that they are two units working toward the same purpose.


Bishop Ciaggiano encouraged the priests to deepen their spiritual lives because one of the greatest challenges in the entire Church is the indifference of society toward God, the Church, and to one another.


Father Camilo was interested in the questions posed about non-Catholic students and non-Catholic teachers who are part of the school.


Father Joe Corpora, associate director for Catholic school leadership at Notre Dame, told participants, “We educate because we are Catholic, we do not educate because they are Catholic.” Catholic schools offer education for all because Catholicism seeks to serve all, Father Corpora said. He noted that non-Catholic teachers sign their employment contract knowing they will accept what the school wants to teach and refrain from promoting their own ideology.


For the priests, there is a challenge to promote Catholic education among their faithful. The priests were asked to develop new strategies to encourage families to send their children to Catholic schools. Catholic education should be promoted at all social levels. Many Latino families and even priests do not promote Catholic education because they think it is only for wealthy families, Father Corpora said.


Priests should emphasize that even for the non-Catholic student, the advantage of Catholic education is that universal Christian and human principles are taught. And, for those who do become Catholic, many say that their Catholic education was important to them in ultimately realizing “that God loves me and allowed me to study in a Catholic school,” Father Corpora said.


Father Camilo stated that the conference helped him to appreciate even more the importance of the work of the priests in Catholic schools because the priests are going to “plant seeds that will flourish at the end of the school year.”


Father Camilo remembers a boy who played St. Patrick in a school production and, in another production, played the boy from the Gospel of Matthew who provided three loaves and two fishes. At the end of the school year, the boy approached Father Camilo, gave him a hug and asked, “When I grow up can I be a Catholic?”


Padre Camilo asistió a Simposio en Notre Dame para sacerdotes con escuelas


Por Vero Gutiérrez

Colaboradora

Sacerdotes responsables de escuelas católicas de 40 arquidiócesis y diócesis de Estados Unidos, se reunieron en la Universidad de Notre Dame, a mediados del mes de julio, para participar en el Simposio School Pastor’s Institute. Padre Camilo García, párroco de Saint Nicholas en Rupert asistió a este simposio.


El Instituto de Pastores de Escuelas (SPI) por sus siglas en Inglés, es un simposio de formación de liderazgo para sacerdotes de una escuela Católica. El Instituto ha sido implementado por solicitud de arzobispos de todo el país, el SPI está diseñado para responder a los desafíos y oportunidades únicos y cada vez más complejos relacionados con el servicio en una escuela parroquial.


Desde 2011, la SPI ha formado y servido a 1,125 párrocos de 145 diferentes diócesis para observar más de cerca el papel crucial que desempeña el párroco en la escuela parroquial, así como para fomentar las mejores prácticas y la colaboración entre quienes participan en este vital ministerio.


“Ahora, más que nunca, necesitamos sacerdotes que entiendan, apoyen y aboguen por las escuelas católicas”. Se lee en la página web del SPI.


Lo temas fueron expuestos por sacerdotes y Monseñor Frank J. Caggiano, obispo de Bridgeport, Conn incluidos: Qué pueden hacer las escuelas católicas por la Iglesia y la sociedad, el sacerdote y su principal relación con la escuela, las parroquias; las escuelas como ministerios multiculturales, la renovación del llamado como pescador refiriendose a la educación católica, director ejecutivo de toda la administración de la escuela, la promoción de la educación católica entre las comunidades hispanas o Latinas, cómo las escuelas católicas pueden promover las vocación al sacerdocio y a la vida religiosa, construyendo comunidades de igualdad y justicia, planeando liturgias dentro de la escuela y conectando las familias de la escuela y las familias de la parroquia.


El Padre Nate Wills, C.S.C. Director de Blended Learning Initiatives University estuvo al frente de uno de los talleres durante el cual compartió la historia de su vocación. El refirió lo importante que para él había sido el testimonio del sacerdote que estaba como líder del grupo al que cual pertenecía. Padre Camilo explica que personalmente se sintió idenficado con el ponente cuando mencionó que el nombre de ese sacerdote que había influido en su vocación fue Peter Christensen. Y Padre Camilo le dijo “Oye, se de quien hablas, él es mi obispo”.


El obispo Briddgeport, tiene 25 años dando servicios en las diferentes escuelas de sus diócesis y habló de la escuela como medio de evangelización y catequesis en la comunidad parroquial. Él dijo que el sacerdote es la persona clave para asegurar que haya una relación fructífera entre las familias y los maestros. La parroquia no debe ser ajena a la escuela, señalando que son dos unidades que trabajan hacia un mismo fin.


El obispo los animó a tener integración porque uno de los mayores retos en toda la Iglesia es la indiferencia que se esta viviendo hacia Dios, hacia la Iglesia y hacia nosotros mismos.


El Padre Joe Corpora, C.S.C. Director asociado de este programa para liderez de escuelas católicas de la Universidad de Notre Dame dijo a los participantes respecto a estudiantes o maestros que no son católicos, “educamos porque somos católicos, no educamos porque ellos sean católicos”.


La escuela ofrece la educación para todos porque asi es el catolicismo, busca servir a todos. Los maestros que no son católicos, firman su contrato de trabajo dejando establecido que aceptarán lo que la escuela quiere enseñar absteniéndose de promover su propia ideología.


Para los sacerdotes hay un reto de promover la educación católica con sus fieles, y se les pidió que busquen medios para que las familias envien a sus hijos a las escuelas usando nuevas estrategias. La educación Católica se debe promover en todos los niveles sociales. Muchas familias Latinas e incluso sacerdotes no promueven la educación católica porque piensan que solo es para familias ricas. Añadió el Padre Corpora.


Los sacerdotes deben enfatizar que incluso para el estudiante no católico, la ventaja de la educación católica es que se enseñan los principios humanos y cristianos universales. Y, para aquellos que se vuelven católicos, muchos dicen que su educación católica fue importante para que finalmente se dieran cuenta de que “Dios me ama y me permitió estudiar en una escuela católica”, dijo el Padre Corpora.


Por su parte, Padre Camilo precisó que reconoce la importancia del trabajo de los sacerdotes en las escuelas católicas porque van a “plantar semillas que al final del ciclo escolar se verán florecer”.


Una de las experiencias más bonitas que recuerda Padre Camilo es cuando uno de los estudiantes quien había interpretado a San Patricio. Al final se acercó a él y al mismo tiempo que le dió un abrazo le preguntó: ¿Cuando yo crezca puedo ser católico?


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